viernes, 19 de julio de 2013

Una de arena, una de cal, una de arena...

Es increíble con qué facilidad caemos en un apático impasse o punto muerto incluso en un momento de los más dulces de tu vida.
Dejamos que los acontecimientos sigan surgiendo sin más, como no queriendo romper el hechizo o la magia del momento o qué sé yo... pero perdiendo totalmente el protagonismo, la esencia, la plenitud del ser y sentir.
Pero sean dulces o agrios, cuando tocamos fondo en ese impasse, no sé si tu ángel de la guarda o el propio diablo te da una grandísima bofetada para que vuelvas rápidamente a la "realidad"
Os quería, os quiero compartir un dulce momento en este año especial de aniversario. Con mis chicos y su chicas y la mía he disfrutado de un finde como solo un padre puede desear
Pero he dejado pasar un tiempo, breve a mi pesar y no pensar ni sentir el impasse... tiempo suficiente para que la alegría, la plenitud de aquellos días pierda intensidad por momentos
Os comparto ahora algunas fotos porque quiero aferrarme con fuerza a lo mucho que aun me queda e incluso aprovechar el dolor del revés sufrido para añadir más valor si puedo a lo vivido... ansiando a volverlo a revivir...









Añadiría muchas más, todas; pero no es plan (disculpad por las que salen "torcidas" pero no sé como hacer para "enderezarlas")

¿Y por qué lo de mi apático impasse y la pérdida de intensidad?
Porque, vuelvo a decírmelo, he necesitado la inmensa bofetada (quiero creer que de mi ángel blanco) para valorar y desear con todo mi espíritu, con todo mi ser, escribir esta entrada.
Que nada se escape, que nada se filtre por los recovecos de lo "ya vivido".
Porque, vuelvo a sentirla, la bofetada te despierta atónito.
Y el escozor te recuerda que solo al que le duele en el alma de corazón ha querido. 

Para Pitu y Alberto (que se han dejado)

Con cariño, al + mc

Pd. Ya sabéis que me gusta poner letra propia a algunas conocidas canciones. Os comparto esta
que en su día escribí para una amiga


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