Gracias por estar aquí)
Os recuerdo que este blog solo pretende ser un álbum de recuerdos para que, sobre todo mi chica y yo, dentro de poco más de 24 años podamos añorar con cariño estos momentos... mientras llega la plenitud de nuestros días en los que ya no será necesaria memoria alguna. Pero cómo pensamos que será esa plenitud ya lo iremos comentando en otras entradas más a propósito.
La entrada fue con la marcha nupcial de Wagner, que estáis escuchando en una versión de youtube. Después subimos a dar la bienvenida a nuestros amigos y explicar un poco las lecturas que habíamos elegido para la celebración de la eucaristía. Quizás algunos no sepáis que los celebrantes, los "protagonistas", en una boda son los novios, no el sacerdote que es un testigo de excepción. Pero si la ceremonia incluye eucaristía entonces naturalmente cada cual tiene su "papel".
En todo caso, fue muy cercana, participativa, plena. Por eso la queremos recordar, revivir, interiorizarla y regalarla
Nuestro texto de bienvenida y una pequeña monición a las lecturas fue el siguiente. Esperamos que os haga sentir que estabais allí, en un banco de la capilla, compartiendo con nosotros...
Si hace
25 años me dicen que celebraríamos nuestras bodas de plata en la capilla de un
convento de clausura, cuanto menos habría sonreído sarcástico. Pero aquí
estamos, dando un fuerte abrazo a la Comunidad de Santa Catalina de Siena, a
mis-nuestras monjitas, que con su acogimiento, sus cantos y toda su entrega
harán que esta celebración sea en verdad una alabanza y una hermosa acción de
gracias
En primer
lugar, cómo no, añorar la presencia de los familiares y amigos que aquel día
estuvieron allí y hoy no. Algunos porque, es nuestra fe, comparten contigo,
Padre, el banco privilegiado desde el
cielo; otros, quizás porque no hemos sabido ser tierra fértil para
ellos, y han ido marchitándose por el camino. Pero
vuestra presencia reafirma en nuestro corazón, algunos desde entonces, otros
más recientes, que sois no el 60 ni el 80 sino el 100% de nuestra buenaventura. Felicitarnos, pues,
con vosotros que habéis querido acompañar nuestra alegría por estos 25 años
compartiendo la eternidad de nuestro amor.
También,
a modo de monición, quisiéremos explicaros porqué hemos elegido las lecturas,
el salmo y el Evangelio como Palabra Viva de nuestra Celebración. La primera
lectura es del Libro de Tobías, que leímos el día de nuestra boda y hoy lo hará
nuestro hijo Dany. Justo el sábado pasado,
comiendo, nos comentaba que no tenía ni idea de
qué comentar y que nada le había llamado la atención especialmente. “¿Qué os podría destacar,
nos decía, que despertó a Sara y le dijo ‘hermana, vamos a rezar?” El propio Jesús ya ponía de manifiesto que incluso la fe basada
en la Ley y los Profetas pero no vivida en el Espíritu, aunque verdadero
testimonio, se vuelve antiguo, obsoleto, anulado.
Lo alarmante, pensando en Dany y en la juventud de hoy en día, es que el propio
Evangelio, no se presenta ya como una Buena Nueva, no parece conseguir llamar su
atención. Aunque el apóstol más joven, fuese también el más amado. Aunque el más joven y quizás el menos instruido en la Ley y los
Profetas fuese el único que dejándose desnudar cuerpo y alma, nunca le
abandonara, ni al pie de la cruz.
El Salmo
23, ¿por qué sólo parece indicado para momentos tristes? Para nosotros, al
igual que para Inma y Vicente que lo leerán, es un canto no sólo de fe y
esperanza: lo es de seguridad, de confianza en el Señor. Vana sería no solo esta
celebración de nuestras bodas de plata y nuestra propia fe, sin la certeza que
nuestro amor transciende la simple fiesta terrenal y desde su bendición por la
Trinidad caminamos hacia la Eternidad y la plenitud de nuestro amor
¿Qué
decir de Corintios 13? Lo fue en nuestra boda, como siempre lo será, un hermoso
camino excepcional. Nuestro hijo Carlos, que lo va a leer hoy, nos sorprendió
–una vez más– cuando al pedirle que preparase su lectura con especial cariño, nos
contestó, dándonos a entender que ya la había repasado más de una vez, estar de
acuerdo con casi todo lo que Pablo dice; menos en eso que la ciencia desaparecerá. Con la de
ideas preciosas que hay en la lectura: El
amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso… no se irrita, no tienen
en cuenta el mal recibido… El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta… Carlos, hasta José y la
propia Virgen María muchas veces no entendían lo que decía ni lo que hacía
Jesús. Pero escucha hoy, hijo mío, y medita nuestras palabras: hasta la propia
ciencia predice su fin. No debes, por tanto, confundir ciencia y Sabiduría. El sabio, no
duda en indicar en todo momento qué es lo más importante, cuál es el axioma
principal del universo actual y de lo que pueda venir después: el amor. No dudes tú tampoco en creer que todo pasará; todo… menos lo que
tú ames en verdad.
Del
Evangelio y, naturalmente, de todo lo que considere resaltar de las lecturas, el
padre Domènec que afortunada y gratamente para nosotros accedió a ser nuestro
testigo de excepción, seguro que, no solo en la homilía sino en toda la
celebración, como tuvimos ocasión de comprobar y compartir aquel año de misas
radiodifundidas desde esta capilla, nos hará sentir muy cercanos a la Palabra,
al Padre y al Espíritu que deseamos vuelvan a bendecir nuestra boda.
Un fuerte abrazo
Al + Mc
Es toda una apoteosis entrar en tu blog, se siente uno alevado y fortalecido.
ResponderEliminarUn abrazo